El acuerdo fue celebrado por el presidente Alberto Fernández, quien dijo que “es un día muy importante para la Argentina, ya que se despejó un obstáculo que impedía crecer” y resaltó: “Ahora estamos pudiendo pensar en otra Argentina”.
El gobierno logró cerrar con éxito su oferta de reestructuración de deuda por cerca 63.500 millones de dólares, en la que obtuvo un nivel de adhesión del 99%, con lo que no quedaron holdouts como sucedió en 2005, y que contó con el apoyo del FMI.
De esta forma, la amenaza latente de cualquier operación de deuda de no alcanzar las mayorías necesarias quedó superada, ya que el gobierno, que alcanzó un nivel de adhesión del 93,5%, quedó habilitado para forzar al resto que quedó fuera a entrar a la operación, según explicó el ministro de Economía, Martín Guzmán, durante la conferencia que fue encabezada por el presidente Alberto Fernández.
“Ahora estamos pudiendo pensar en otra Argentina, que puede empezar a pensar su futuro y en cómo construirse”, afirmó el mandatario en un acto realizado en el Museo del Bicentenario, junto a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y casi la totalidad de los gobernadores.
“Es un día muy importante para la Argentina, luego de haber tenido en los últimos años tristes logros», insistió el presidente al enumerar que entre mayo de 2018 y diciembre de 2019 se registraron tres grandes devaluaciones y la inflación más alta en 30 años por los que «la Argentina perdió su rumbo».
El mandatario transmitió que tiene «la tranquilidad de haber cumplido” con la promesa que hizo de sacar al país del “laberinto” de la deuda y destacó que “esta vez la deuda no la van a pagar los que menos tienen, los que peor están, los que más necesitan”.
Fernández recordó que durante el proceso de negociación se cruzaron «intereses externos e internos, donde se escuchaban voces que decían hay que arreglar rápido a cualquier precio porque todo será peor».
«También estaban los que nos decían que de no resolver esto de inmediato Argentina va a caer en default, negando que ya estaba en default desde enero de 2018 cuando los mercados dijeron que no le prestaban más al país», reseñó el mandatario.
Diferencias
Desde el gobierno resaltaron que, con los datos de cierre del canje 2020, se pueden establecer las diferencias respecto a lo que ocurrió en 2005 y la reapertura de esa operación llevada a cabo en 2010.
En lo que respecta al nivel de aceptación, en esta oportunidad el gobierno logró una adhesión del 93,5%, porcentaje que trepó al 99% gracias a la utilización de las cláusulas de acción colectiva (CAC).
Este número final permite la certeza de que no habrá holdouts que salgan a buscar una oferta mejor a través de los tribunales de Nueva York para pedir el 100% del valor de la deuda, como sucedió en 2005.
En el canje 2005, los bonos a canjear no tenían CAC y alrededor del 24% del total de los acreedores permanecieron como holdouts, a la espera de alguna oferta mejorada que no llegó y en un número importante decidieron ingresar luego en la reapertura del 2010.
Otros, como Paul Singer, optaron por la vía del litigio para cobrar. Con el canje 2010 la Argentina completó un 93% de adhesión de la operación realizada en el 2005, Y el otro 7% recurrió al despacho del juez Thomas Griesa para cobrar acreencias y el grueso de los litigios terminó en el 2016, con un acuerdo por casi 10.000 millones de dólares gestado por el ex presidente Mauricio Macri.
A pesar de esto, el proceso no culminó de manera plena debido a que en la actualidad existen holdouts del default del 2001 que piden por cambios realizados el método de pago de los cupones atados al PBI.
En la versión 2020, las negociaciones demandaron 9 meses desde que formalmente la Argentina iniciaba negociaciones con acreedores, el 21 de enero último, hasta el cierre de la operación, el 28 de agosto.